PREGÓN
DEL VII FESTIVAL DE JÓVENES FLAMENCOS
“DE
FLAMENCO VA”
Ninguno,
por cantar bien,
hable
mal de aquel que canta;
unos
cantan lo que saben,
y
otros saben lo que cantan.
(Como dice Manuel Machado:)
Y,
después de todo, ¿qué es eso, la vida?
Cantares
...
Cantando
la pena, la pena se olvida.
Estimado Alcalde
Pedáneo de Sucina D. José Mercader. Querido Marcial Moñino, y demás miembros de
la Junta Municipal.
Querido Francisco
Avilés, sucinero de orgullo y honor, querido Manuel Avilés, sucinero de
nacimiento y embajador de esta querida tierra, querido Salvador Albaladejo y
estimado amigo Juan José López, quiero que en esta noche de finales del mes de
julio, en la que me habéis otorgado el honor de pregonar el Festival de
Flamenco de Sucina, recibáis mi saludo sincero y afectuoso, como Junta
Directiva que sois de la asociación Peña Flamenca de Sucina, y aprovechar
quiero también, para felicitaros por la enorme tarea que supone levantar a
pulso este proyecto de ilusión.
Mi saludo
afectuoso para los Alcaldes Pedáneos
de Corvera, La Murta,
Baños y Mendigo, Avileses y La
Tercia, y para las Alcaldesas
Pedáneas de Los Martínez del Puerto, Valladolises, Lobosillo, y para María José Avilés, impulsora de este
festival en sus tiempos de Alcaldesa de Sucina. Para el Concejal de Cultura del
Ayuntamiento de La Unión,
Julio García, para José Pablo Ruiz Abellán, hasta hace
unos meses Defensor del Pueblo de la
Región de Murcia, para Enrique
Pérez Abellán, Director General de Mayores, y para D. Luis Lisón, cronista oficial de Sucina, además de otros
importantes méritos, entre los que se cuenta el de ser buen amigo.
A los vecinos de Sucina, mis saludos y mis
respetos, vecinos entre los que tengo grandes amigos que sobrepasan muchas
veces los sentimientos de amistad, hasta conformar esa otra “gran familia” que
la vida te va dando y quitando. Aprovecho para saludar a otros vecinos de nuestro Campo de Murcia, y amigos y compañeros de otros rincones de nuestra tierra, que hoy
han hecho el esfuerzo para estar con nosotros.
Un saludo de
admiración, para los artistas que nos acompañan en esta noche de arte. La Cuadrilla Murciana que difunde nuestra cultura y
nuestro folklore de manera ejemplar, y a Rocío
Márquez, que tuvieron el acierto y la suerte de que pasara por este
festival en su crecimiento personal y artístico, cuando encarrilaba ya la
puerta del templo del flamenco a nivel mundial, que es el Festival
Internacional del Cante de las Minas de La Unión, dónde consiguió su máximo galardón: la Lámpara Minera. Y a
la que esta noche se le reconoce su trayectoria en nuestro festival.
Y precisamente,
sin salirme del municipio minero, y con toda intención, he dejado para el final
a Francisco Bernabé, Alcalde de La Unión, excelente regidor y
gran amigo, al que felicito por su trabajo brillante en el desarrollo de su
municipio, y por haber conseguido internacionalizar mejor que nadie, y más que
nunca, el ya de por sí importante festival del Cante de Las Minas.
Muchas gracias a
todos por vuestra asistencia y por la atención que me prestan.
Dijo Camarón de la Isla que el flamenco no
es más que una forma de liberar y de expresar la pena, porque toda la vida es
un constante de penas y alegrías. Hoy, aquí en Sucina, el flamenco muestra su
vertiente de alegría para mostrar a nuestra región de Murcia y a España entera,
que la satisfacción de poner en marcha la séptima edición de este festival
sobrepasa con creces el quejío y el lamento que brota de las entrañas de los
artistas.
El flamenco ha
sobrepasado, como arte, cualquier frontera imaginable. No hay continente ni
ciudad que se precie que no tenga manifestación de esta manera de sentir la
música y expresar la vida. La
UNESCO lo reconoció en el año 2010 como Patrimonio Inmaterial
de la Humanidad,
jugando Murcia un papel importante en este reconocimiento, y dónde participaron
más de 30.000 personas de 60 países diferentes, en la consecución de este
importante logro.
Sucina ha estado
ligada al flamenco desde siempre. Mucho antes que los héroes del flamenco del
Campo de Murcia se constituyeran en Peña Flamenca de Sucina, ya estaba
arraigado aquí. Las fronteras administrativas que dividen los territorios no
existen para la cultura y las costumbres. El comercio y las necesidades de
trabajo han llevado siempre aparejado la mezcla de culturas. Muchos de nuestros
antepasados se vieron atraídos por la pujanza de la primera época dorada de La Unión. Fueron muchos
los que se trasladaron a vivir allí emigrados desde Andalucía, y otros los que
hacían el camino a pie o por los medios siempre precarios que la época permitía.
Yo tuve la suerte, siendo un crío, de conocer a gente que había vivido esta
experiencia que relato. Me contaba "La Roja" como con 6 ó 7 años de edad recorría
con sus padres, cada día, varias decenas de kilómetros a pie para ir a trabajar
en el corazón de la sierra minera. Tuvo que ser allí donde se produjo la mezcla
perfecta de sentimientos y música. De esta manera, con la fusión de almerienses
y jienenses principalmente, con las gentes de aquí, fueron apareciendo y
formándose los cantes “Minero-Levantinos” derivados de la Taranta. Así
surgieron La minera, La cartagenera (que no trata de temas mineros), el
Fandango minero, La levantica y La
Murciana.
En esta amplia
extensión encuadrada entre la Sierra
de Carrascoy y el mediterráneo se fue conformando una forma de vivir muy
vinculada al flamenco, entre otros motivos, porque gran parte de los municipios
y pedanías que la integran nacieron, como si de siameses se trataran, a la vez
que el flamenco como arte propio.
En unos casos
horadando la roca, y en otros arando las tierras de nuestro querido pueblo, de la Cañada de Sucina, el
flamenco y el campo fueron creando una personalidad típica, que en algunos
casos ahondaba sus raíces andaluzas, pero que también se iba nutriendo de
sensaciones autóctonas de nuestras gentes. Aquí podría citar a José María Ruiz
Funes cuando recitaba….:
(El sentir del flamenco)
(El sentir del flamenco)
Desde muy niño
siempre recordaré,
cuando a mi casa
regresaba
por el carril del
camino,
desde muy lejos
oí una voz
y una guitarra
que sonaba,
la voz que le
acompañaba
parecía que hasta
lloraba,
sentí un latido
en todo mi cuerpo
como si mis
carnes se me arrancaran,
de donde salía
aquel toque
y aquella voz tan
serrana me pregunté,
venía desde muy
lejos,
de una casa que
en el campo se encontraba,
me paré para oír
aquel toque
y aquel cante de
tanta nostalgia,
con tanto
sentimiento,
el silencio del
campo
parecía que el
aire del cielo lo bajaba,
desde aquel día
no sé que sentí
que el cante
Andaluz,
lo llevo tan
dentro de mi cuerpo,
que cuando oigo
cantar bien
lloro de
sentimiento…
Mucho tiempo ha
pasado desde que en 1744, en medio
de nuestro campo, se constituyera Sucina
en torno a la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, por el
presbítero D. Baltasar Arteaga y Gamboa.
La advocación al rosario y a la virgen
ha sido otro de los pilares que han definido a las gentes de Sucina. La
imponente planta de su iglesia da
testimonio de la solera de esta tierra, y es también la más clara evidencia de
la fe de los Sucineros con su Virgen. Camino de ese tercer centenario son muchas las cosas que han ido cambiando en
este pueblo. De su dependencia exclusiva de la agricultura, agrupada básicamente en media docena de grandes
fincas, y de la ganadería, se ha ido
diversificando su economía hasta convertirse en un pueblo moderno, y con un sector servicios muy avanzado. Hoy Sucina es el estandarte del futuro de Murcia, que como es lógico y natural,
necesitará del tiempo suficiente para que las grandes transformaciones sociales
se consoliden e integren como algo propio y natural. Dentro de esos grandes
cambios habría que citar la llegada de nuevos
vecinos de otros países, principalmente Reino Unido. A ellos también le
damos la bienvenida, y su presencia en este festival la valoramos de manera muy
especial. El flamenco, una vez más, se hace internacional y universaliza a sus
gentes.
El Festival “De
Flamenco va” es una iniciativa que merece todo el elogio y el apoyo posible. En
sus siete años de vida, está demostrando que la ilusión y el esfuerzo mueven y
crean festivales, y que está dirigido por personas que tienen criterio y
vocación de servicio a una pasión como es el flamenco, y también y más
importante aún, al interés general. El paso por aquí de Rocío Márquez, de Juan
Pinilla, o de Lucia Leiva al
cante, y de Manuel Herrera, Niño Seve o David Caro a la guitarra son
pruebas más que evidentes de lo que afirmo. Todos ellos son artistas de enorme
prestigio, y de gran proyección. Y todos ellos pasaron, pasan y pasarán por
Sucina en su camino hacia la excelencia en su trabajo. La función de promoción
de jóvenes valores y de difusión de nuestra cultura es el principal objetivo de
este Festival de Flamenco, que sobrepasa la barrera de lo local, para
convertirse en el festival de referencia de este arte en el municipio de
Murcia. Creo sinceramente, que ha llegado el momento de institucionalizar este
festival, y de que los resortes de fomento y difusión de la cultura, que
constitucionalmente tienen encomendado los poderes públicos, se unan y sirvan
de palanca para catapultar esta noble iniciativa. Todo ello, sin perder el
acierto de su función original, la de ser una puerta abierta a los jóvenes, a
las promesas de esta manifestación de españolidad.
Queridos amigos y
amigas, siete ediciones pueden parecer pocas si comparamos con otros festivales
de fama y raigambre en nuestra región, pero lo cierto y verdad es que este
festival ha venido para quedarse. Las noches de verano ya no son lo mismo desde
que lo fundara la Peña
Flamenca de Sucina. Y tampoco la historia del flamenco en
nuestro municipio es ni será la misma gracias a este festival.
A mí me gustaría
deciros hoy muchas cosas. Me gustaría que este festival se perpetuara; me
gustaría que este recinto temporal, se convirtiera en un recinto permanente,
con todos los elementos necesarios para poder mantener, en estos días y durante
todo el año, la llama viva del flamenco. Me gustaría que dispusierais de los
recursos suficientes para montar el mejor espectáculo y para dar la oportunidad
que muchos artistas se merecen. Pero como todo eso, (de momento) no os lo puedo
prometer, sí os animo a que sigamos trabajando juntos, llenando de calidad
artística, mejorando la puesta en escena, y manteniendo el compromiso con los
vecinos y espectadores cada año.
Mientras que todo
eso llega, sigamos haciendo, como decía Machado…camino al andar…; y que sigan
fusionándose en este escenario el Trovo
de nuestra tierra, que engancha la poesía repentizada con el flamenco, y que
hoy tiene como uno de sus máximos estandartes a Pedro El Cardoso, que esta
noche nos acompaña. Y que siga pasando el cartel
de cada festival, por las manos de grandes artistas de la pintura y la
poesía, como Antonio Soto Alcón, que le ha dado expresividad y vida al cartel
de esta séptima edición del festival. Y que sigan pisando estas tablas bailaoras como Verónica Llavero y Alba
Luna, acompañadas por guitarristas
como Antonio Muñoz, Niño Seve o Toni Gómez, y pequeños, pero solamente en
tamaño y edad, como el cantaor Raúl
Guillamón “El Balilla”. Y todo ello, sin olvidar nuestras raíces y nuestra
ubicación. El flamenco nació en el campo…y del campo fue a la mina, y de la
mina a los tablaos, y de ahí al mundo entero, pero nunca debemos olvidar que
cada final de julio, en Sucina tendremos una cita importante, en el “KM 0”…; donde comienza el camino de
muchas figuras de este arte.
Y ahora sí,
amigos y amigas, que dé comienzo el Festival
de Jóvenes Flamencos en Sucina. Que empiecen a sonar los fandangos, los
martinetes, los tanguillos, las murcianas, las tarantas, las cartageneras, las
mineras..., que suene la guitarra con toque airoso, y que sepa toda Murcia y
España entera…que Sucina…De Flamenco Va.
Muchas gracias. Buenas noches.
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